La obra del artista y cineasta brasilero detiene la experiencia acelerada del tiempo actual. Resiste las tendencias de acumulación y mediatización instantánea características del lenguaje contemporáneo, para concentrarse en el rescate de lo inverso. En lugar de explorar las posibilidades de un imaginario saturado de imágenes e historias, busca sensibilizarlo de todo aquello que ha perdido la capacidad de percibir, aunque lo acompañe diariamente.
El artista Mineiro observa la actividad de grandes hormigas arrieras, por ejemplo, que al presentarles un elemento extraño (confetis festivos de color en Quarta-feira de cinzas, 2006, o palabras escritas sobre tiras de papel blanco en Word/World, 2001) les dispara un comportamiento obsesivo transformándolas en fascinantes protagonistas.
En el largometraje Andarilho acompaña el trayecto disforme de tres caminantes por el amplio y montañoso paisaje de Minas Gerais. Utiliza como instrumentos que le dan forma al tiempo a los personajes, la neblina, la ruta, el crepúsculo, tomas cerradas sobre el rostro de un hombre completamente solo y tomas aéreas revelando la amplitud del paisaje.
Vagabundo (Andarilho) | Cao Guimaraes | Brasil | 2006 | 80′